¿Quién, yo? ¿Cuál libro? Sí, en casa hay muchos, elijan cualquiera.
Ah, ¿están escribiendo uno? ¿De qué se trata?
Ah, ¿y lo iban a terminar para julio? ¿Qué julio? ¿Iglesias? Prefiero escuchar Caracachumba o Risas de la Tierra.
¡No me van a decir que se atrasó por mí, que soy tan chiquito!
Y sí… Parece que se atrasó por mí, pero ellos no me culpan. Siempre escucho que yo soy lo más importante y que primero estoy yo. Pero claro, yo no soy un bebé tranquilo. Soy muy activo, muy curioso, no paro de moverme y no me quedo más de 5-7 minutos en cada lugar. Creo que ya no saben dónde ponerme. Mi mamá se queja un poco, pero sabe que salí a mi papá. Cuando él era chico el médico le dijo: «este chico es hiperquinético» (y lo sigue siendo). Por eso mi hermanito “Magia es Viajar” (¡que nombre se mandaron, eh!) se atrasó en llegar… las 24 horas del día no alcanzaban para todo.
Un día me contaron de qué se trataba todo lo que estaban haciendo y me preguntaron si quería escribir el cierre del libro. ¡Cómo si yo tuviera poco que hacer! Me tomé un tiempo, un cambio de pañales y una mamadera, y acepté. Les escribí el cierre del libro que es algo así como el fin de una etapa. Es el fin de Magia en el Camino como todos lo conocen. Pero como todo fin es un nuevo comienzo, desde ahora arranca Magia en el Camino Recargado, o sea, conmigo.
Recuerdo que aquel día me sentaron en el piso de goma de colores, me rodearon con el almohadón de amamantar, me dieron la vaquita que hace ruido y el pulpito musical y de repente, ambos se sentaron frente a mí. “Cagamos”, pensé yo, y puse esa carita de póker que ven en la foto. ¿Qué pude haber hecho con tan pocos meses que armaron una reunión cumbre en casa? Me parecía el consejo de seguridad de la ONU. Miré para los costados y no vi nada raro, bueno, vi una docena de juguetes desparramados como si acá viviéramos 3 bebés, pero eso no era algo fuera de lo normal. Me recliné levemente hacia atrás sobre el almohadón, apoyé mi codito derecho, con el brazo izquierdo sostenía a la vaquita en mi boca, levanté mi rodillita izquierda y cambié mi carita a: bueno, ¿qué pasó?
Ahí fue que me contaron lo del libro, del pasado, del futuro y yo me iba apasionando a cada segundo. Me mostraban fotos y se reían y me daban besos y me abrazaban. Como el clima de la reunión se estaba distendiendo, me fui aflojando. Tanto que me cagué y hubo que suspenderla para cambiarme los pañales y tomarme un par de mamaderas. Ahí fue, en ese momento, ya con los pañales nuevos y la panza llena, que me lo pidieron. ¡Cómo no iba a aceptar con lo que estos 2 hacen por mí a cada segundo! Y entonces por eso se los escribí.
Me dijeron que todo eso que está en el libro sumado a lo que no pudieron publicar, no es nada comparado con lo que quieren hacer conmigo y me entusiasmé.
Eeeextra, eeextra, al libro de Magia en el Camiiinoooo!!!!
Falta cada vez menos!!
Besos con baba para todos.
Tahiel.
Pueden leer toda la serie de la A a la Z en este link.
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